Córdoba milenaria, de romanos, árabes y judíos transitada
Córdoba de mi infancia, de balcones cuajados de geranios y callejas empedradas,
de abuelos al sol quitándose el helor de la escarcha, de una época de hambrunas y desgracias.
Quiero volver a tus calles con la sola compaña
del resonar de mis pasos en el empedrado de tus plazas
Quiero que el blanco de la cal de tus paredes, llene mis ojos de flama
y sentir así, el color de la pureza y notar cómo el corazón se me inflama.
Sentir el perfume del azahar en el Patio de los Naranjos una fresca madrugada
esperando a Nuestro Señor de la Pasión, con tu mano en la mía apretada
Quiero vivir la soledad de una plaza callada, a la luz de sus faroles,
rezarle al Cristo y saludar a la Virgen de los Dolores.
Sentir por mi garganta el calor de la copa de fino en tus cruces de Mayo
entrar en tus patios de flores y de caña
y ver a mi hermano con sombrero de ala ancha , montado a caballo con la dicha en su mirada
en una tarde de feria al volver para mi casa.
y ya cansada y con el alma embriagada de dicha y madrugada,
tocar con mis manos el agua fresca de las fuentes del Alcázar
escuchando las campanas de la Mezquita como hermosa sonata
en una mágica noche de embrujo, con la luna sonriendome desde la muralla
Carmen López.
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