viernes, 10 de diciembre de 2010

se armó el belén

sigo con la Navidad... es lo que hay. El miercoles aprovechando que era festivo mi niño vino a despertarme a las 8,30 de la mañana para... poner el árbol de navidad. El salón de casa no es muy grande y ahora no tenemos mucho sitio donde ponerlo, más bien nos encontramos con que no tenemos espacio, hemos tenido que trasladar una columna con su correspondiente macetón de flores para poner el arbolito, bajarla a la planta baja y sacar del último ricón del trastero, allí estaba, rodeado de latas de 5 kilos de pintura, paraguas, la barbacoa, herramientas de bricolage..  y al fondo inaccesible el dichoso arbolito, al irlo a coger como todo lo demás me impedía el acceso me arreé un fuerte golpe en la rodilla que me ha acompañado varios días, así coja de una pierna subete al salón, y empieza la función. Hemos tenido que amputarle al abeto de las narices varias ramas porque no cabía ante el suspiro de: ¿por qué? de mi hijo, colgarle tooodas las bolas, las estrellas, los papanoeles, las manzanas y lazos rojos (que más parecen de puticlú) y como colofón... las luces, esas que a mi niño les gustan a toda velocidad tipo discoteca. En el afán de hacerle al niño la Navidad más dulce y feliz tras la puesta de arbol, me subí a su dormitorio sin decirle nada y se lo decoré con motivos navideños, un oso muy grande vestido de papanoel con otro pequeño en brazos, varios gorritos del mismo papa, y un portal de belen de todoacien pa que lo mueva a su gusto al que por motivos de espacio he privado este año del castillo, las palmeras, el huerto y la charla de pastores alrededor de la candela (no sea que se me pongan a discutir sobre el decreto). Llamé al niño para que viese el cuadro y feliz de él me dijo con cara de emoción "ah mamá, cómo nos gusta la Navidad en esta familia..."  

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