me toca este lunes de resaca contar cómo ha ido el finde, empecemos por la feria de Sevilla, el viernes, que es el único día que hemos ido:
lo primero que tiene usted que llevar son 7 euritos sueltos para pagar lo que le va a costar aparcar el coche en el charco de la pava, donde tomará una lanzadera que le transportará a la feria. No se detenga por el camino, así haya despistado al niño, a la parienta o se le haya quedado un zapato detrás, porque en la puerta de la lanzadera hay 2 personas cuyo oficio es arrearle a usted a que se suba como si fuera ganado: rapido rapido por aquí...usted sube rapido y se apretuja contra el que tiene enfrente, pero tranquilo que el trayecto es corto.
Llegamos a la calle del infierno (el nombre, como dedo al culo le viene) donde están las atracciones (cacharritos) con las canciones de los 5 ultimos veranos a tope por los altavoces, mezclados con las arengas de los que tienen el micrófono pa jalear a la gente, vaya preparado porque cada cacharrito está del orden de 4 a 5 €. Nada más llegar sin anestesia ni ná, los sufridos padres se montaron con los niños en el Ratón Vacilón, ante mi preocupación por si el niño perdía las gafas en una de las bajadas(a mi en realidad, me da miedo que se monte en tó, hasta en los ponys, aunque con lo grandes que están los niños, el único peligro de los ponys es la impresión que se pueden llevar al verle los atributos); después se montaron en una cosa que se llamaba Torrente 5, a saber lo que se encontraron allí, por si acaso no pregunté, yo veía pasar por las galerías a mi Maria Jose más ligera que un misto (cerilla). Terminaron en los coches de tope, donde mi amore recibió unos cuantos zurriagazos, pero los superó con éxito, al día siguiente no tenía ningún esguince, ni reuma.
y después, a cenar y a bailar en una caseta.... y ahí es donde empezó lo mejor: "el paseo tonto por la feria": dícese del paseo que tienen que darse a la puñetera fuerza aquellos que no tienen caseta, es decir, nosotros, 4 adultos y 3 niños hambrientos y cansados. Probamos en las poquitas casetas públicas que hay ná, a topem, y ya desanimados, emprendimos camino a la portada con intención de si no encontrabamos nada ir para el pueblo a cualquier bar, cuando nos colamos en una caseta y la cara se nos iluminó: lo habíamos conseguido!!!! degustamos una sabrosa cena compuesta por: tortilla prefabricada tipo "mercadona"; croquetitas congeladas de paquete, pinchitos morunos (estos debían ser del Africa profunda porque estaban subiditos de color) y montaditos de lomo. Lo mejor: el rebujito (mezcla de manzanilla fina con seven-up) del que si me descuido soy capaz de beberme 3 jarras. Esa fue nuestra feria, la de los demás, cojonuda, a juzgar por lo que veíamos desde fuera al mirar cualquier caseta.
A la niña y a mí, nos dió ganas de hacer pipí, pero nos aguantamos, porque costaba un euro la meada, ante la cara de pasmadas que se nos quedó la señora de los aseos nos espetó: pa to la noche tenéi con el leuro! y tanto como que se te corta las ganas aunque no quieras, con lo cual preferimos gastarnos el "leuro" en un trozo de coco que nos gusta más.
en fin, a pesar de todo, preciosa la feria
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